viernes, 8 de agosto de 2008

Trujillo... otra vez???... ojala la ultima






Ya no recuerdo cuantas veces he estado en Trujillo, salvo aquella oportunidad que me di una día para hacer la conocida "visita arqueológica" no guardo recuerdos salvables de este lugar. La mayor parte de mis viajes han sido por trabajo asi que muy entretenidos no han sido... pero Trujillo siempre me ha representado problemas. Este viaje empieza con la rutinaria partida en bus. Siempre es bueno tener compañía agradable a tu lado en el bus, pues eso es algo que nunca ha pasado, siempre se ha sentado a mi lado el clásico gordo dormilón que ronca, la tía que cruza palabra con su familiar de delante, el pata que escucha regetón o el otro que solo habla por teléfono (ya escribiré de los viajes y los celulares mas adelante). Esta vez no fue la excepción, busco mi asiento y encuentro a un despanzurrado ya sentado al lado, al otro lado del pasillo una pareja que se olvido que esto es un bus y no un hotel, asi que entre los sonidos de labios rozantes de la parejita y los bostezos del panzurrón empecé prematuramente a querer que este viaje ya termine. No se, quizás me este volviendo renegón ..... ojala que no.

El clima en Trujillo esta agradable, aunque debo admitir que no guarde el menor entusiasmo por este viaje, debo también decir que por lo menos el clima parece jugar a mi favor; la comida es otro asunto, es buena pero esta ciudad siempre ha tenido algo que me impide disfrutarla, es mas creo que de Trujillo solo guardo como buen recuerdo un par de zapatos que me salieron cómodos y confortables... claro eso fue hace como tres años y ahora esos zapatos están echados en algún lugar esperando sabe Dios que destino ... creo que es como todo, al principio amas esas cosas nuevas, luego caes en la rutina y te aburre, como el cuento de la camisa nueva que cuando nueva la guardas, la planchas y la cuelgas y hasta conservas su caja original por un tiempo, pero al final esa camisa termina como trapeador de pisos; creo que eso mismo me paso con Trujillo, debe ser culpa de las muchas veces que he estado alli.



Mencione algo de los celulares y los viajes... porque la gente parece estar tan ocupada haciendo llamadas mientras esta esperando el bus o ya dentro del cuando este recién parte: llaman a la vecina, al amigo, a sabe dios quien pero todas las llamadas que he podido escuchar suenan a charla aburrida e innecesaria, siempre hablando simplezas y cosas irrelevantes: charlas tontas de teléfono...creo que a todos les gusta sentirse que serán extrañados de alguna forma (me resisto a incluirme en esa lista) " si jejejej ya estoy saliendo", " el bus va a pasar cerca a la casa", " huy justo en este momento el bus se esta moviendo", " llegamos a la garita y ya le esta pagando con sencillo al cobrador del peaje", " fíjate que me dieron doble refrigerio"; mientras yo solo trato de ganar en el juego del gusanito de mi celular y tratar de hacer pase el tiempo mientras espero que pongan la película y quedarme dormido.

Llego a Trujillo una mañana fresca, es temprano aun y por la calle recién se asoma uno que otro panadero, quizás un vendedor de periódicos arreglando su puesto. Llego al hotel, habitación 408 muy al fondo, casi al final del edificio, un baño-sauna que solo funciona como lo primero, al menos lo apartado de la habitación implica tranquilidad.
Hago lo que tengo que hacer ( trabajo) no tengo ganas de comer pero lo hago, la comida aqui es realmente buena pero yo parezco no disfrutarla, acompaño el almuerzo con una cerveza junto a unos locales, personajes poco rescatables charla de almuerzo poco memorable. Por la noche salgo a caminar, siempre que viajo me gusta salir a caminar por la calles casi vacías de la ciudad y sentarme en la Plaza principal a fumarme un cigarro, mientras veo la gente pasa, los grupitos en una esquina de la plaza, veo las estatuas de la plaza principal sus formas parecen haber cedido al viento, ya es difícil distinguirlas y ahora solo parecen ser formas humanas aun no terminadas. De una minivan se baja un grupo de muchachos, ya lo había visto durante el día por la plaza, deben ser de algún grupo religioso y vienen a hacer su labor pastoral, parece que a lo lejos me divisan y vienen en mi dirección. Mientras veo a ese grupo dirigirse hacia mi, aspiro la ultima bocanada de cigarro me levanto de la banca y me voy al hotel, además ya es tarde y no tengo ganar de recibir una charla bíblica ni mucho menos hablar de mi salvación espiritual.
El camino al Hotel es algo largo y mientras me dirijo a el me pregunto que es lo que no me gusta de esta ciudad, no hay respuestas ( de repente si, pero no la acepto). Me olvido de todo y solo trato de recordar aquel dia turístico de mi primera visita aqui, trato de recordar al sol de la playa de Huanchaco empezándose a ocultar entre unas nubes azul-grisáceas, a lo lejos el muelle y algún pescador en su "caballito de totora", mas temprano puede observar a estos caballitos plantados en la playa, de la playa de Huanchaco también recuerdo un tumulto y un pequeño pelicano con el ala rota seguramente esperando su final, recuerdo a los gallinazos rondando el cielo de la Huaca de la Luna, recuerdo al perro "chimu" y noto que mis mejores recuerdos de Trujillo tienes que ver con paisajes marinos, arqueológicos y animales, nada humano. Llego al hotel y me quedo dormido rápidamente, sueño que ya estoy de vuelta en Lima y que Trujillo queda atrás.
Mi ultimo día en esta ciudad transcurre sin nada memorable, por la mañana de un lunes salgo muy entusiasmado al terminal de buses, pero una dolencia digestiva hace de mi retorno una tortura, solo deseo olvidar este viaje y no regresar nunca mas.